El Espíritu
de compañerismo: Con el sagrado juramento de no abandonar jamás a un hombre
en el campo, hasta perecer todos.
Esas
son las palabras que el mando legionario que estaba en la meta de
la Alameda del Tajo,
le recitaba directamente a mi hermano, eran las 09:44 del 15 de Mayo, y Fran, Dani, compañeros pretorianos junto a mi hermano Vicente, dábamos por finalizada nuestra aventura en los 101 kilómetros de La Legión.
le recitaba directamente a mi hermano, eran las 09:44 del 15 de Mayo, y Fran, Dani, compañeros pretorianos junto a mi hermano Vicente, dábamos por finalizada nuestra aventura en los 101 kilómetros de La Legión.
Mi hermano ya es cientonuero.
Lo que
decía el legionario era uno de los espíritus del Credo Legionario de La Legión,
parecido al que tenemos los Pretorianos de Tomares con el mismo titulo, pero con
la variante que nosotros no dejamos jamás a un pretoriano en la carrera hasta
terminar, pero la emoción y la falta de memoria
me dejaron en blanco, depués los abrazos en meta, esos que te das como cuando terminas la Maratona di Roma delante del Coliseum, o como mi hermano dice, igualito que el que recibes un Jueves Santo cuando la Esperanza ya está en casa al terminar la procesión.
me dejaron en blanco, depués los abrazos en meta, esos que te das como cuando terminas la Maratona di Roma delante del Coliseum, o como mi hermano dice, igualito que el que recibes un Jueves Santo cuando la Esperanza ya está en casa al terminar la procesión.
Pero, para
llegar hasta aquí, empecemos desde el principio, pues no es fácil pillar plaza
para esta prueba, pues se ha convertido en una auténtica lotería, y esa fue la
que nos tocó a mi hermano y a mi, cuando a las 10:00 de la mañana del 16 de Enero, tuvimos la suerte de que en
la pantalla de nuestro compiuter pasados unos minutos de la hora señalada apareciera un cartelito en verde que indicaba
que la habíamos obtenido.
El
primer paso ya lo habíamos conseguido, los siguientes movimientos serían
acoplarnos y entrenar juntos, cosa bien difícil pues no vivimos en la misma
ciudad, pero bueno, buscaremos eventos donde poder coincidir y para ello corrimos
la media maratón de Torremolinos, la maratón de Sevilla, terrenos de asfalto no
muy apropiados para entrenar con vista a está prueba y por fin algo que se adecuaba más a lo que
nos encontraríamos en los 101, la carrera del Homenaje de la Legión (HOLE).
Ya
faltaba solo un par de semanas para el día clave, y las últimas salidas se concentraban en la ruta del agua de Camas, mi
tendón de aquiles no estaba para hacer muchas cuestas y llaneando por esa zona
no se quejaba tanto como subiendo,
además me sabía también para rememorar aquellos éntrenos del 2008 cuando un domingo si, y el
otro también, acudía hasta allí con mis compañeros los Pretorianos de Tomares
para preparar mi primera incursión en los ciento uno, mientras, mi hermano se pateaba en diferentes días Hyde
Park, donde aprovechaba su viaje a Londres para realizar sus últimos éntrenos.
Y
llegó el día, los dos hermanos caminito de Arunda desde Málaga, en un bus de la línea los Amarillos y por el
camino planificando como realizaríamos la carrera, repasando que llevar en el
equipo de salida y que guardaríamos en las mochilas que utilizaríamos.
¿Donde está el Pepe?
Llegamos a Ronda y lo primero fue dirigirnos a recoger los dorsales en el Polideportivo “El Fuerte”, y en cuando estábamos dejando las mochilas que recogeríamos al día siguiente en el Acuartelamiento, empezó a llover, menos mal que le hice caso a Mama y me llevé el paraguas, ja ja y otro ja, desde allí marchamos hasta el hotel para soltar el equipaje y quedar con Plácido, con quien compartiríamos habitación y comeríamos la cena que el Tercio daba en la Alameda a los participantes.
Llegamos a Ronda y lo primero fue dirigirnos a recoger los dorsales en el Polideportivo “El Fuerte”, y en cuando estábamos dejando las mochilas que recogeríamos al día siguiente en el Acuartelamiento, empezó a llover, menos mal que le hice caso a Mama y me llevé el paraguas, ja ja y otro ja, desde allí marchamos hasta el hotel para soltar el equipaje y quedar con Plácido, con quien compartiríamos habitación y comeríamos la cena que el Tercio daba en la Alameda a los participantes.
Antes
nos dio tiempo a pasear un poquito por el lugar, ver un poco de rapidez los puestos donde vendían
material deportivo y menjunges para tomar durante la carrera y de hacernos unas peazos de fotos al final del
paseo desde el balcón, allí donde mi Pablo cuando chico jugando con la pelota
con otro niño, pego un pelotazo y el balón lo mando por encima de la barandilla
y se marcho barranco abajo hasta
perderse hasta donde la vista no alcanzaba,
pero empezábamos a tener hambre y la cena nos estaba esperando.
El
rancho se componía de pasta con tomate, ensaladilla de patatas, un bollito de
pan, fruta y bebida, allí había una pasada de gente en las enormes tiendas de campaña, unas tres mil
personas según indico la organización posteriormente, todos buscando sitio para sentarse y en mi mesa
sentados participantes de Almería,
Cádiz, Sevilla y Málaga, unos lo harían en bicicleta, otros corriendo, el
ambiente era extraordinario, todos los comensales ilusionados conversando en la
previa de la batalla, y cuando terminaban de de comer todos siempre deseándose suerte para
el día siguiente.
La
tarde noche caía en Ronda y el fresquete se hacía notar, decidimos tomarlos un
cafecito y unos colacaitos calentitos, después a la habitación a preparar cada
uno los últimos detalles de su equipo, cada
cual con sus paranoias de última hora:
¿Que llevaré? ¿Que me hará falta? ¿ Esto no me cabe? ¿Esto me sobra?,
Un
poco de wuasseo con el móvil con los amigos y a las doce de la noche a
dormir…....z z y otro z.
A las
ocho de la mañana todo el mundo arriba, bueno éramos solo tres, aunque mi
hermano se había levantado un ratito antes, bajamos a desayunar, coincidimos
con Antonio Hans, que había llegado en el autobús de los Preto, pues lo habían
alquilado para llegar desde Sevilla con el resto de la Tropa, y se personaron también en la cafetería Manolo Pérez y Juanito Richarte, para hacerles entrega de la documentación que
le había recogido la tarde antes.
Una
vez desayunados y vestidos nos dirigimos al campo de futbol, donde se realizaba la salida, parando por el camino para comprar agua y rellenar los
bidones de la mochila.
Al
llegar allí, control de pasaportes, coincidí con mi amigo cientounero Jaime
Suarez, inspiración muy importante en mi enganche en está prueba, ya que fueron
las crónicas que en su blog relataba, la que despertaron el gusanillo de acudir
algún día a venir hasta aquí, mientras charlábamos los tres se dio la salida de los
ciclistas, eran las 10:00 de la mañana.
Los
primeros en saludar en el campo fueron Blas y a las Patris, Castilla y Serrano,
que estuvieron con nosotros en la última parte del Hole, y en una esquina del estadio, me encontré marcando territorio a la Tropa Pretoriana,
abrazos, saludos, más abrazos, más saludos, besos….¿he dicho abrazos?, creo que
no, pues eso abrazos y más besos, y empezamos
con las fotos de grupos, y el momentazo
el único y autentico selfie que hace la Carmen, bueno su cámara digamos, pues
tiene la peculariedad que siempre saca a to er mundo muy delgaito y delgaita.
Los hermanos Roldán preparados Selfie off Carmen
Faltaban
pocos minutos para las 11:00, nos colocamos entre la marea multicolor de
marchadores al final de la recta de los 100 metros de la pista de atletismo, el Coronel de la Legión
desde la grada pronuncia lo siguiente:
-“Con
el gorra o la gorro en la mano izquierda y el brazo en alto, gritar conmigo.
¡Viva
España!!
¡Viva
El Rey!
¡Viva
La Legión!”
…….se
inicia la cuenta atrás y un cohete surcó el cielo azul hasta estallar en mil
pedacitos.
Pasito
a pasito los corredores fuimos andando por la pista, saludando a la grada, como
si quisiéramos encontrar esa carita de un familiar, de un ser querido, que
sabemos que no está, y que nos hubiera gustado haber encontrado allí y que
sabemos que quedo en casa y en quien
pensaremos en algún buen o mal momento de la carrera.
Salida
Pasamos por el arco, le endiñamos con fuerza con la mano a la banderola que cuelga de el arco y salimos del estadio. Marché con algunos compañeros por la Avenida de Málaga, luego por la Carrera Espinel o también conocida por calle de La Bola, circulamos por el interior de la plaza de Toros de la Real Maestranza, allí fui unos instantes con mi compañero Antonio del Toro, su hermano Manolo y el resto de sus compañeros de equipo del Club Amigos del Km. 21, cruzamos el puente del Tajo, y bajamos por una empinada calle de adoquines para alejarnos del pueblo.
Pasamos por el arco, le endiñamos con fuerza con la mano a la banderola que cuelga de el arco y salimos del estadio. Marché con algunos compañeros por la Avenida de Málaga, luego por la Carrera Espinel o también conocida por calle de La Bola, circulamos por el interior de la plaza de Toros de la Real Maestranza, allí fui unos instantes con mi compañero Antonio del Toro, su hermano Manolo y el resto de sus compañeros de equipo del Club Amigos del Km. 21, cruzamos el puente del Tajo, y bajamos por una empinada calle de adoquines para alejarnos del pueblo.
Los
primeros kilómetros todos los corredores muy juntitos, el camino era estrecho y
había tramos que nos colocamos en fila india para evitar los charcos y el
barro, llegamos a la cuesta de los caramelos, los cuales no sabemos si se lo
habían comido los primeros o bien se les había olvidado traerlos este año, la
vista desde lo alto mirando hacía atrás era magnifica, una fila continua de corredores
subiendo y a los lejos cada vez más chiquitita se veia Ronda…..en unas horas estaremos
de vuelta.
La subida de la cuesta de los caramelos
Por el camino nos juntamos con Ale y Fali, los señores de Torres como a veces les digo de cachondeo, con ellos llegamos hasta el Pilar de Coca Km. 10, donde después de coger algo de fruta y de líquido, nos adelanto Antonio Hans haciendo de guía de Emilio, un poquito más atrás llegaban Carmen, Carolina, el Gúiri (Christian) un californiano en los 101, Fran y Dani, con ellos llegamos hasta la parte del recorrido conocida como el bucle, una zona circular de la que vuelves a salir y en la que te cruzas a la entrada con los corredores que acaban de terminar esa parte.
Por el camino nos juntamos con Ale y Fali, los señores de Torres como a veces les digo de cachondeo, con ellos llegamos hasta el Pilar de Coca Km. 10, donde después de coger algo de fruta y de líquido, nos adelanto Antonio Hans haciendo de guía de Emilio, un poquito más atrás llegaban Carmen, Carolina, el Gúiri (Christian) un californiano en los 101, Fran y Dani, con ellos llegamos hasta la parte del recorrido conocida como el bucle, una zona circular de la que vuelves a salir y en la que te cruzas a la entrada con los corredores que acaban de terminar esa parte.
Por las Navetas |
Con Emilio y Carmen |
Algunos
comieron muy deprisa y salieron rápidamente, mi hermano y yo nos quedamos más
rezagados, pues paré ha charlar con mi
compañero Antonio del Toro, que me dijo que se retiraba, pues el talón le iba
molestando bastante, un poquito de animo para continuar y nos fuimos en busca
del grupo.
Al llegar a la estación de Parchite Km. 27, estuvimos un
ratito con Ángelito, iba lesionado y se había propuesto desde el principio
hacer la carrera andando y nada de correr, pero
Ángelito es mucho Ángelito y es capaz de conseguir andando llegar antes que
algunos que lo hacen corriendo.
El dúo
de los hermanos Roldán se dejaron caer en la larga bajada que hay hasta llegar a Arriate,
este año habían cambiado el recorrido por el pueblo, mucho más callejeo, pacá, pallá, parecía un laberinto y la calle principal estaba repleta de público, una vez que encontramos la salida oí unas voces conocidas que teníamos unos metros delante, eran Fran y Dani, que no habían podido enlazar tampoco con el grupo de Emilio.
este año habían cambiado el recorrido por el pueblo, mucho más callejeo, pacá, pallá, parecía un laberinto y la calle principal estaba repleta de público, una vez que encontramos la salida oí unas voces conocidas que teníamos unos metros delante, eran Fran y Dani, que no habían podido enlazar tampoco con el grupo de Emilio.
Coincidimos
con los miembros del C.D. El Adoquin de Gerena, llevando el marchador más alto
la bandera del club para que se viera
desde Ronda y siempre capitaneados por su presidente Rafael Panduro, ellos si que
se lo estaban pasando bien durante el trayecto, con este grupo llegamos hasta
el Cortijo del Marques Km.32, el inicio de la cuesta de los Cochinos.
Fran,
se empezaba a sentir un poquito fatigado, mareao o no se sabe, el pasito lento,
y el calor que a veces cuando el sol dejaba de jugar a veces con las nubes le
estaban pasando factura, menos mal que una gominolita de cafeína parece que
consiguió reanimarlo, bueno y otra que
le di a mi hermano, se pusieron los dos pim pam, pim pam, con los bastones
hasta llegar al Cortijo del Polear Km. 36, la temida subida ya la teníamos
ventilada y allí en el avituallamiento los legionarios tenían la radio a todo
gañote, escuchaban el desenlace de la liga de furbó, a ver si se la llevaba el Barca
o a lo mejor el Madrid, lo que aproveché durante algún ratito, para ir cantado
goles ficticios durante el camino y distraer un poco a los corredores.
Grande squadra
En el siguiente tramo, empezamos a practicar a la voz de Dani el 1x1 o el 2x1, un minuto corriendo y otro andando, de vez en cuando algún corredor se nos acercaba y corría a nuestro lado, pero le decíamos que éramos muy peligrosos, al final lo que conseguíamos eran asustarlos y se nos marchaban hacía adelante, bastante culpa de que salieran en estampida la tenía yo, ja ja y otro ja, quizás por eso, de tanto cachondeo y de algo que me había sentado mal, tuve que parar por el camino para hacer de vientre, que es lo mismo que si digo hacer popó……y que bien se quea uno después, y después me tuve que poner a correr para alcanzar a mis compañeros de aventura, menos mal que Fran se había quedado a esperarme, por delante Dani y mi hermano con su tema favorito de conversación, la Semana Santa y casi siempre más rezagados Fran y yo.
Sobre
las 19:15 entramos en Alcalá del Valle,
Km. 49,20, me encontré con Carmen, que
le habían dado unos calambres en las piernas, estaba con Carolina y el Güiri. sentados tomándose un refrigerio, Carmen tenía una carita mú malita y desde
allí hasta llegar a Setenil la acompañé gran parte de ese trayecto, le intente contar que le habían dado unos
calamares en vez de calambres, quería sacarle la sonrisa, pero ella no estaba para muchas bromas, le facilité una capsula de magnesio para
recuperar esos músculos y un gel que llevaba encima para recuperar esas
piernas, y Dani le comento que a lo mejor en Setenil habría servicios de fisioterapia y un buen masajeo le
pudiera quitar esas molestias.
Cuando
llegamos a Setenil de las Bodegas Km.
56, justamente a la entrada de las famosas cuevas, con lo guasnia que iba ella, sacó fuerzas para
hacernos un selfie, y allí donde se
sitúan los bares había más gente que ningún año, los corredores circulaban por un pequeño y
estrecho paso, igualito que el de los ciclistas cuando están en el Tour de Francia en una etapa de montaña por Pirineos.
Llegando a Setenil con Carmen y Angelito |
En
Setenil segundo punto de comida, otro sándwich, chocolate y más refresco, no
cogí nada, recurrí a uno de mis bocatas que llevaba en mi mochila, y acordamos agruparnos con el grupo de Carmen, pues
me pidió que la acompañáramos hasta meta, todo el mundo de acuerdo, pero después tuvimos un gran momento de
confusión y explico:
El Güiri fue el encargado de transmitirme un mensaje, del cual yo no me acuerdo, ni recuerdo haber hablado con el, nosotros mientras tanto estuvimos haciéndonos fotos y bromeando, hasta que Dani le dio por ir a donde creiamos que estaba la compañera y no estaba, totaaaaal, que estuvimos esperando unos 15 minutos más o menos, pensando que Carmen saliera del fisio, pero lo gracioso es que ni llegó a ser atendida allí, pues ya llevaba ya tres kilómetros lejos de nuevo en carrera, la cuestión que me imagino que Christian(Güiri), me dijo algo como:
El Güiri fue el encargado de transmitirme un mensaje, del cual yo no me acuerdo, ni recuerdo haber hablado con el, nosotros mientras tanto estuvimos haciéndonos fotos y bromeando, hasta que Dani le dio por ir a donde creiamos que estaba la compañera y no estaba, totaaaaal, que estuvimos esperando unos 15 minutos más o menos, pensando que Carmen saliera del fisio, pero lo gracioso es que ni llegó a ser atendida allí, pues ya llevaba ya tres kilómetros lejos de nuevo en carrera, la cuestión que me imagino que Christian(Güiri), me dijo algo como:
“We
follow the race”
Que yo no me hubiera enterao o a lo mejor fue
“We
continuechón the carrereichón”
Estabamos muy contentos porque Havíe bailaba de alegría por la noticia. Y está cara se nos quedó cuando nos
porque Carmen venía con nosotros. enteramos que ya había partido.
La cuestión que sobre las 21.00 partíamos desde Setenil hasta el Cuartel, con una luz roja que nos acababan de dar una niña que ayudaba
a la legionaria a repartirlas, y puestos y dispuestos a pasar uno de los ratos más
divertidos de la prueba, tarareando las canciones de “Oliver y Benji los ases del balón….”, por lo menos unas tres veces nos la entono
Havié, “Marco”, “Heidi” y alguna más que pudieron caer, momento aparte la
paradita en el lugar donde Dani se retiro en la edición del 2014, donde nos hicimos
foto retrospectiva con cara de tristeza y entonamos
mi hermano y yo la “Marcha
fúnebre de Chopín”, curiosidad aparte
que con el canturreo, los corredores se
hacían a ambos lados del camino para dejarnos pasar, como digo fue uno de los
ratos mas chachis hasta que se hizo la oscuridad y tuvimos que sacar los
frontales.
Donde abandono Dani en el 2014
Sobre
la 01:00 por fin entramos en el Cuartel Km. 76, llegamos con el grupo estirado
y lo primero que hice fue cambiarme, abrigarme para la noche que nos esperaba y
entrar al comedor para cenar, un caldito del puchero, arroz blanco, un perrito,
un dulce, bolsa de patatas y un par de golosinas, solo pude tomar el caldito y
otro bocata de los que llevaba, Havié y José Vélez se habían marchado hacia
unos minutos y nosotros decidimos que cuatro somos y cuatro seguiremos juntos
hasta el final.
Aproveché para ponerme al día por los mensajes en el móvil de las aventuras de mis compañeros en carrera, Javi Rodriguez, ya había entrado en meta, Plácido unos minutos después, mientras tanto al comedor entraban Manolo Pérez, Luis de Juan y Javi Raposo, se sentaron a comer y nosotros nos disponíamos a salir de allí para afrontar la última parte de la prueba.
Aproveché para ponerme al día por los mensajes en el móvil de las aventuras de mis compañeros en carrera, Javi Rodriguez, ya había entrado en meta, Plácido unos minutos después, mientras tanto al comedor entraban Manolo Pérez, Luis de Juan y Javi Raposo, se sentaron a comer y nosotros nos disponíamos a salir de allí para afrontar la última parte de la prueba.
Unos veinticinco kilómetros hasta meta, Dani con mi hermano, más atrás Fran y yo, con gorros de lana en la cabeza, la temperatura había bajado y no sudaba nada yo subiendo hacía la Ermita, pero me encontraba fino, fino, filipino, estaba subiendo de lujo, siempre algún año había tenido que prestar los bastones a algún compañero que iba fatigado y después me había constado más trabajo a mi, pero este año subía con muchas ganas y se lo comentaba a mi compañero.
Por fin llegamos hasta donde está la Virgencita, y desde allí bajada en zig zag hasta llegar al siguiente punto, el Cementerio de Montejaque Km. 83, cuando llegas a ese punto y vuelves la vista atrás veras al resto de corredores bajando, es un pasote ver los frontales bajar de izquierda a derecha por la montaña, pero no nos despistemos, nos fuimos carretera abajo hasta llegar a Benaoján Km. 87, allí único punto que necesité asistencia en la carrera, me senté en el quitamiedos, y Dani, me pregunto si me iba a retirar, le dije que sí (estaba bromeando), un poco de réflex en el aquiles y ha seguir.
Cruzamos
la Estación de Benaoján y nos adentramos por un camino a la derecha en la
montaña, el cual era difícil avanzar debido
al barro existente, primero el perfil hacía arriba, un tramo recto y luego
peligrosa bajada, por aquí, por allá, los corredores buscaban el mejor sitio
para pisar y no resbalar, mi frontal se estaba quedando con poco haz de luz,
pero no era un buen momento para ponerse a cambiar las pilas en ese momento, fueron unos dos o
tres kilómetros muy entretenidos,
parecía como si estuviéramos grabando un programa de “Humor Amarillo”, ese que
salían personajes que participaban numerosas pruebas y la mayoría de veces se
caían en grandes charcos de agua sucia o se quedaban pegados en el barro.
Llegamos
al Km. 92, situado en el Cortijo de la Manía,
cambie las baterias de mi foco, pero poco tiempo le di de utilidad, pues
al cabo de unos minutos el día empezó a clarear.
Empezamos a recibir llamadas de Pepe “El
Bandolero” y de Aurora, animándonos en
los últimos kilómetros, en muy poquito tiempo hemos empezado a subir ya la cuesta del cachondeo y nos situamos justamente enfrente del Tajo, divisamos ya el final de la cuesta, vemos las primeras casas del pueblo, Dani manda formación, y una señora que se nos cruza por la carretera empieza a reirse, a lo que le pregunto con gúasa si ella no conoce dicho movimiento militar carrerista, ja ja y otro ja, y seguimos hasta encontramos con otros corredores que ya habían
terminado y nos indican que ya no nos quedaba nada para llegar, cierto es pues llegamos al puente y nos encontramos con caras muy conocidas y queridas; Sandra que se había retirado en el
Cuartel, Pepe “Bando”, su mujer Isa y su hija, nos abrazaron, felicitaron y nos dieron el último empujón.
En Puente del Tajo y por la Avenida de la Paz
En la recta final le explico a mi hermano que en Ronda hay que entrar corriendo, el me dijo que noooool, quizás para dejar a los Pretorianos entrar juntos como equipo y el como corredor de VIMAESBE entrar después, (luego en el autobús de vuelta me dijo que era porque estaba muy cansado y no podía correr), la questión, es que a falta de unos 200 metros los tres Preto arrancamos a correr, en el giro hacía la Alameda, Dani me dijo de esperara a mi hermano y a falta de unos metros Dani y Fran alzaron sus bastones para que entrara Vicente, yo ante la sorpresa…..pues también los levante, ese era el plan que ambos habían pactado previamente querían que los dos hubiéramos entrado por ese arco que formaron, pero a veces los planes no salen como a veces te gustaría.
Luego el Legionario recito aquello del espíritu contado al principio y los cuatro nos fundimos en unos cuantos abrazos en la Alameda, recogimos nuestra camiseta, sudadera de finisher, medalla, una poquitas fotos de rigor y para el hotel, ducha, desayuno y volver a la meta para ver llegar a los últimos entrar.
En Puente del Tajo y por la Avenida de la Paz
En la recta final le explico a mi hermano que en Ronda hay que entrar corriendo, el me dijo que noooool, quizás para dejar a los Pretorianos entrar juntos como equipo y el como corredor de VIMAESBE entrar después, (luego en el autobús de vuelta me dijo que era porque estaba muy cansado y no podía correr), la questión, es que a falta de unos 200 metros los tres Preto arrancamos a correr, en el giro hacía la Alameda, Dani me dijo de esperara a mi hermano y a falta de unos metros Dani y Fran alzaron sus bastones para que entrara Vicente, yo ante la sorpresa…..pues también los levante, ese era el plan que ambos habían pactado previamente querían que los dos hubiéramos entrado por ese arco que formaron, pero a veces los planes no salen como a veces te gustaría.
Luego el Legionario recito aquello del espíritu contado al principio y los cuatro nos fundimos en unos cuantos abrazos en la Alameda, recogimos nuestra camiseta, sudadera de finisher, medalla, una poquitas fotos de rigor y para el hotel, ducha, desayuno y volver a la meta para ver llegar a los últimos entrar.
Imitando a los campeones
Es muy
emocionante ver llegar a los últimos corredores antes del cierre de las 24
horas, llegan corriendo, otros andando porque las fuerzas están al límite, ellos se llevan la mejor ovación y aplausos
del público presente, y entre esos marchadores que llegaban al límite del
tiempo había un equipo Pretoriano, el único que se presentó para está edición.
José Luis, Sandra, Ángel Vidal, Estrella y Rafa Iza
El compañero Ángel en el centro de la foto de arriba, después de varias intentos de terminar una prueba de 100 kilómetros este año por fin lo
había conseguido, su sueño o el de su hijo se hizo realidad, el poder conseguir la
coraza de los Pretorianos de Tomares en un futuro próximo por el hecho de haber completado una carrera de tres cifras, solo faltaban tres minutos para las 11:00 cuando ellos llegaron a la meta antes del cierre de control.
Y finalizo dando gracias a mis compañeros con los que pude coincidir en algún momento de la carrera y sobre todo a Dani y Fran, hermanos pretorianos, grandes amigos y compañeros, ha sido un puntazo hacer la prueba con vosotros y a ti Vicente, por aguantarme durante la prueba, todas mis instrucciones y consejos que tanto te di en la previa y durante la carrera, me has demostrado tu fortaleza, pundonor, aunque habías entrenado menos que Romario cuando jugaba al furbó, te has currao esa medalla que te colgaron al llegar a meta, y ya sabe como dice mi Alba:
Forza
e onore.