miércoles, 25 de mayo de 2016

DOS ROLDANES CIENTOUNEROS



El Espíritu de compañerismo: Con el sagrado juramento de no abandonar jamás a un hombre en el campo, hasta perecer todos.
 
Esas son las  palabras que el  mando legionario que estaba en la meta de la Alameda del Tajo,  
le recitaba directamente a mi hermano, eran las 09:44 del 15 de Mayo, y Fran, Dani, compañeros pretorianos  junto a mi hermano Vicente, dábamos por finalizada nuestra aventura en los 101 kilómetros  de La Legión. 

Mi hermano ya es cientonuero.

Lo que decía el legionario era uno de los espíritus del Credo Legionario de La Legión, parecido al que tenemos los Pretorianos de Tomares con el mismo titulo, pero con la variante que nosotros no dejamos  jamás a un pretoriano en la carrera hasta terminar, pero la emoción y la falta de memoria 
me dejaron en blanco, depués los abrazos en meta, esos que te das como cuando terminas la Maratona di Roma delante del  Coliseum,  o como mi hermano dice, igualito que el que recibes un Jueves Santo cuando la Esperanza ya está en casa al terminar la procesión.

Pero, para llegar hasta aquí, empecemos desde el principio, pues no es fácil pillar plaza para esta prueba, pues se ha convertido en una auténtica lotería, y esa fue la que nos tocó a mi hermano y a mi, cuando a las 10:00 de la mañana  del 16 de Enero, tuvimos la suerte de que en la pantalla de nuestro compiuter pasados unos minutos de la hora señalada apareciera un cartelito en verde que indicaba que la habíamos obtenido.

 
¡Plaza conseguida!

El primer paso ya lo habíamos conseguido,  los siguientes movimientos serían acoplarnos y entrenar juntos, cosa bien difícil pues no vivimos en la misma ciudad, pero bueno, buscaremos eventos donde poder coincidir y para ello corrimos la media maratón de Torremolinos, la maratón de Sevilla, terrenos de asfalto no muy apropiados para entrenar con vista a está prueba  y por fin algo que se adecuaba más a lo que nos encontraríamos en los 101, la carrera del Homenaje de la Legión (HOLE). 

Ya faltaba solo un par de semanas para el día clave, y  las últimas salidas se concentraban en la ruta del agua de Camas, mi tendón de aquiles no estaba para hacer muchas cuestas y llaneando por esa zona no se quejaba tanto como subiendo,  además me sabía también para rememorar aquellos éntrenos del 2008 cuando un domingo si, y el otro también, acudía hasta allí con mis compañeros los Pretorianos de Tomares para preparar mi primera incursión en los ciento uno, mientras,  mi hermano se pateaba en diferentes días Hyde Park, donde aprovechaba su viaje a Londres para realizar sus últimos éntrenos.

Y llegó el día, los dos hermanos caminito de Arunda desde Málaga,  en un bus de la línea los Amarillos y por el camino planificando como realizaríamos la carrera, repasando que llevar en el equipo de salida y que guardaríamos en las mochilas que utilizaríamos.

                                                                     ¿Donde está el Pepe?

Llegamos a Ronda y lo primero fue dirigirnos a recoger los dorsales en el Polideportivo “El Fuerte”, y en cuando estábamos dejando las mochilas que recogeríamos al día siguiente en el Acuartelamiento, empezó  a llover, menos  mal que le hice caso a Mama y me llevé el paraguas, ja ja y otro ja, desde allí marchamos hasta el hotel para soltar el equipaje y quedar con Plácido, con quien compartiríamos  habitación y comeríamos la cena que el Tercio daba en la Alameda a los participantes.     
 
Parece que está lloviendo

Antes nos dio tiempo a pasear un poquito por el lugar,  ver un poco de rapidez los puestos donde vendían material deportivo y menjunges para tomar durante la carrera y de  hacernos unas peazos de fotos al final del paseo desde el balcón, allí donde mi Pablo cuando chico jugando con la pelota con otro niño, pego un pelotazo y el balón lo mando por encima de la barandilla y se marcho  barranco abajo hasta perderse hasta donde la vista no alcanzaba,  pero empezábamos a tener hambre y la cena nos estaba esperando.

 
Desde el balcón de la Alameda

El rancho se componía de pasta con tomate, ensaladilla de patatas, un bollito de pan, fruta y bebida, allí había una pasada de gente en las  enormes tiendas de campaña, unas tres mil personas según indico la organización posteriormente, todos  buscando sitio para sentarse y en mi mesa sentados participantes de Almería,  Cádiz, Sevilla y Málaga, unos lo harían en bicicleta, otros corriendo, el ambiente era extraordinario, todos los comensales ilusionados conversando en la previa de la batalla, y cuando terminaban de  de comer todos siempre deseándose suerte para el día siguiente.

 
Comida de la pasta....rica, rica, rica

La tarde noche caía en Ronda y el fresquete se hacía notar, decidimos tomarlos un cafecito y unos colacaitos calentitos, después a la habitación a preparar cada uno los últimos detalles de su equipo, cada cual con sus paranoias de última hora:

 ¿Que llevaré?       ¿Que me hará falta?      ¿ Esto no me cabe?       ¿Esto me sobra?, 

Un poco de wuasseo con el móvil con los amigos y a las doce de la noche a dormir…....z z  y otro z.
A las ocho de la mañana todo el mundo arriba, bueno éramos solo tres, aunque mi hermano se había levantado un ratito antes, bajamos a desayunar, coincidimos con Antonio Hans, que había llegado en el autobús de los Preto, pues lo habían alquilado para llegar desde Sevilla con el resto de la Tropa,  y se personaron también en la cafetería  Manolo Pérez y Juanito Richarte,  para hacerles entrega de la documentación que le había recogido la tarde antes.

Una vez desayunados y vestidos nos dirigimos al campo de futbol,  donde se realizaba la salida, parando por el  camino para comprar agua y rellenar los bidones de la mochila.
Al llegar allí, control de pasaportes, coincidí con mi amigo cientounero Jaime Suarez, inspiración muy importante en mi enganche en está prueba, ya que fueron las crónicas que en su blog relataba, la que despertaron el gusanillo de acudir algún día a venir hasta aquí, mientras charlábamos los tres se dio la salida de los ciclistas, eran las 10:00 de la mañana.

 
Control de pasaportes antes de entrar al cajón 

Los primeros en saludar en el campo fueron Blas y a las Patris, Castilla y Serrano, que estuvieron con nosotros en la última parte del Hole,  y en una esquina del estadio, me encontré  marcando territorio a la Tropa Pretoriana, abrazos, saludos, más abrazos, más saludos, besos….¿he dicho abrazos?, creo que no,  pues eso abrazos y más besos, y empezamos con las fotos de grupos, y el  momentazo el único y autentico selfie que hace la Carmen, bueno su cámara digamos, pues tiene la peculariedad que siempre saca a to er mundo muy delgaito y delgaita.

                       Los hermanos Roldán preparados                                     Selfie off  Carmen

Faltaban  pocos minutos para las 11:00,  nos colocamos entre la marea multicolor de marchadores al final de la recta de los 100 metros de la pista de atletismo, el Coronel de la Legión desde la grada pronuncia lo siguiente:

-“Con el gorra o la gorro en la mano izquierda y el brazo en alto, gritar conmigo.
¡Viva España!!
¡Viva El Rey!
¡Viva La Legión!”

…….se inicia la cuenta atrás y un cohete surcó el cielo azul hasta estallar en mil pedacitos.

Pasito a pasito los corredores fuimos andando por la pista, saludando a la grada, como si quisiéramos encontrar esa carita de un familiar, de un ser querido, que sabemos que no está, y que nos hubiera gustado haber encontrado allí y que sabemos que  quedo en casa y en quien pensaremos en algún buen o mal momento de la carrera. 

      
                                                                         Salida
  
Pasamos por el arco, le endiñamos con fuerza con la mano a la banderola que cuelga de el arco y salimos del estadio. Marché con algunos compañeros  por la Avenida de Málaga, luego por la Carrera Espinel o también conocida por calle de La Bola, circulamos por el interior de la plaza de Toros de la Real Maestranza, allí fui unos instantes con mi compañero Antonio del Toro, su hermano Manolo y el resto de sus compañeros de equipo del Club Amigos del Km. 21, cruzamos el puente del Tajo, y bajamos por una empinada calle de adoquines para alejarnos del pueblo.

 
Por el coso taurino de la Real Maestranza

Los primeros kilómetros todos los corredores muy juntitos, el camino era estrecho y había tramos que nos colocamos en fila india para evitar los charcos y el barro, llegamos a la cuesta de los caramelos, los cuales no sabemos si se lo habían comido los primeros o bien se les había olvidado traerlos este año, la vista desde lo alto mirando hacía atrás era magnifica,  una fila continua de corredores subiendo y a los lejos cada vez  más chiquitita se veia Ronda…..en unas horas estaremos de vuelta.


   
                                                        La subida de la cuesta de los caramelos

Por el camino nos juntamos con Ale y Fali, los señores de Torres como a veces les digo de cachondeo,  con ellos llegamos hasta el Pilar de Coca Km. 10, donde después de coger algo de fruta y de líquido,  nos adelanto Antonio Hans haciendo de guía de Emilio, un poquito más atrás llegaban Carmen, Carolina, el Gúiri (Christian) un californiano en los 101, Fran y Dani, con ellos llegamos hasta la parte del recorrido conocida como el  bucle, una zona circular de la que vuelves a salir y en la que te cruzas a la entrada con los corredores que acaban de terminar esa parte.

Por las Navetas
Circulamos por las Navetas y después por el circuito Ascari, a veces con un poco de calor pero sin quitarme los manguitos de los brazos, y llegamos hasta sobre las 14:30 al punto de avituallamiento de la primera comida,  Km. 24,50  un sándwich, coca cola y un donuts, me lo comí todito, todito, todito y mientras tanto llegaban  hasta ese punto el resto de compañeros, Javi Raposo, Manolo Pérez, Luis de Juan, Havié Rosales, José Vélez y Ángelito. 

Con Emilio y Carmen
Algunos comieron muy deprisa y salieron rápidamente, mi hermano y yo nos quedamos más rezagados, pues paré ha charlar  con mi compañero Antonio del Toro, que me dijo que se retiraba, pues el talón le iba molestando bastante, un poquito de animo para continuar y nos fuimos en busca del grupo.

Al llegar  a la estación de Parchite Km. 27, estuvimos un ratito con Ángelito, iba lesionado y se había propuesto desde el principio hacer la carrera andando y nada de correr, pero  Ángelito es mucho Ángelito y es capaz de conseguir andando llegar antes que algunos que lo hacen corriendo. 

El dúo de los hermanos Roldán se dejaron caer en la larga  bajada que hay hasta llegar a Arriate, 
este año habían cambiado el recorrido por el pueblo, mucho más callejeo, pacá, pallá, parecía un laberinto y la calle principal estaba repleta de público,  una vez que encontramos la salida oí unas voces conocidas que teníamos unos metros delante, eran  Fran y Dani, que no habían podido enlazar tampoco con el grupo de Emilio.

C.D. El Adoquín
           
Coincidimos con los miembros del C.D. El Adoquin de Gerena, llevando el marchador más alto la bandera del club para  que se viera desde Ronda  y siempre capitaneados por su presidente Rafael Panduro, ellos si que se lo estaban pasando bien durante el trayecto, con este grupo llegamos hasta el Cortijo del Marques Km.32, el inicio de la cuesta de los Cochinos.

Fran, se empezaba a sentir un poquito fatigado, mareao o no se sabe, el pasito lento, y el calor que a veces cuando el sol dejaba de jugar a veces con las nubes le estaban pasando factura, menos mal que una gominolita de cafeína parece que consiguió reanimarlo,  bueno y otra que le di a mi hermano, se pusieron los dos pim pam, pim pam, con los bastones hasta llegar al Cortijo del Polear Km. 36, la temida subida ya la teníamos ventilada y allí en el avituallamiento los legionarios tenían la radio a todo gañote, escuchaban el desenlace de la liga de furbó, a ver si se la llevaba el Barca o a lo mejor el Madrid, lo que aproveché durante algún ratito, para ir cantado goles ficticios durante el camino y distraer un poco a los corredores.


                                                                      Grande squadra

En el siguiente tramo, empezamos a  practicar a la voz de Dani el 1x1 o el 2x1, un minuto corriendo y otro andando, de vez en cuando algún corredor se nos acercaba y corría a nuestro lado,  pero le decíamos que éramos muy peligrosos,  al final lo que conseguíamos eran asustarlos y se nos marchaban hacía adelante, bastante culpa de que salieran en estampida la tenía yo, ja ja y otro ja, quizás por eso, de tanto cachondeo y de algo que me había sentado mal,  tuve que parar por el camino para hacer de vientre, que es lo mismo que si digo hacer popó……y que bien se quea uno después, y después  me tuve que poner a correr para alcanzar a mis compañeros de aventura,  menos mal que Fran se había quedado a esperarme, por delante Dani y mi hermano con su tema favorito de conversación, la Semana Santa y casi siempre más rezagados Fran y yo. 

Llegando al control de paso de Alcala del Valle
Sobre las 19:15 entramos en  Alcalá del Valle, Km. 49,20,  me encontré con Carmen, que le habían dado unos calambres en las piernas, estaba con Carolina y el Güiri. sentados tomándose un refrigerio, Carmen tenía una carita mú malita  y desde allí hasta llegar a Setenil la acompañé gran parte de ese trayecto,  le intente contar que le habían dado unos calamares en vez de calambres, quería sacarle la sonrisa, pero ella no estaba para muchas bromas,  le facilité una capsula de magnesio para recuperar esos músculos y un gel que llevaba encima para recuperar esas piernas, y Dani le comento que a lo mejor en Setenil habría servicios de fisioterapia  y un buen masajeo le pudiera quitar esas molestias. 

Cuando llegamos a Setenil de las Bodegas  Km. 56, justamente a la entrada de las famosas cuevas, con lo guasnia que iba ella, sacó fuerzas para hacernos un selfie,  y allí donde se sitúan los bares había más gente que ningún año,  los corredores circulaban por un pequeño y estrecho paso, igualito que el de los ciclistas cuando están en el  Tour de Francia en una etapa de montaña por  Pirineos.

Llegando a Setenil con Carmen y Angelito
En Setenil segundo punto de comida, otro sándwich, chocolate y más refresco, no cogí nada, recurrí a uno de mis bocatas que llevaba en mi mochila, y acordamos agruparnos con el grupo de Carmen, pues me pidió que la acompañáramos hasta meta, todo el mundo de acuerdo, pero después tuvimos un gran momento de confusión y explico: 
El Güiri fue el encargado de transmitirme un mensaje, del cual yo no me acuerdo, ni recuerdo haber hablado con el,  nosotros mientras tanto estuvimos haciéndonos fotos y bromeando, hasta que Dani le dio por ir a donde creiamos que estaba la compañera y no estaba,  totaaaaal, que estuvimos esperando unos 15 minutos más o menos, pensando que Carmen saliera del fisio, pero lo gracioso es que ni llegó a ser atendida allí, pues ya llevaba ya tres kilómetros  lejos de nuevo en carrera, la cuestión que me imagino que Christian(Güiri), me dijo algo como:

“We follow  the race”
 Que yo no me hubiera enterao o a lo mejor fue
“We continuechón  the carrereichón” 

             
Estabamos muy contentos porque            Havíe bailaba de alegría por la noticia.   Y está cara se nos quedó cuando nos
porque Carmen venía con nosotros.                                                                          enteramos que ya había partido.                                                                                                                                
La cuestión que sobre las 21.00 partíamos desde Setenil hasta el Cuartel, con una  luz roja que nos acababan de dar una niña que ayudaba a la legionaria a repartirlas, y puestos y dispuestos a pasar   uno de los ratos más divertidos de la prueba, tarareando las  canciones  de “Oliver y Benji los ases del balón….”,  por lo menos unas tres veces nos la entono Havié, “Marco”, “Heidi” y alguna más que pudieron caer, momento aparte la paradita en el lugar donde Dani se retiro en la edición del 2014, donde nos hicimos foto retrospectiva con cara de tristeza  y entonamos  mi hermano y yo  la “Marcha fúnebre de Chopín”,  curiosidad aparte que con el canturreo,  los corredores se hacían a ambos lados del camino para dejarnos pasar, como digo fue uno de los ratos mas chachis hasta que se hizo la oscuridad y tuvimos que sacar los frontales.

                                                        Donde abandono Dani en el 2014

Sobre la 01:00 por fin entramos en el Cuartel Km. 76, llegamos con el grupo estirado y lo primero que hice fue cambiarme, abrigarme para la noche que nos esperaba y entrar al comedor para cenar, un caldito del puchero, arroz blanco, un perrito, un dulce, bolsa de patatas y un par de golosinas, solo pude tomar el caldito y otro bocata de los que llevaba, Havié y José Vélez se habían marchado hacia unos minutos y nosotros decidimos que cuatro somos y cuatro seguiremos juntos hasta el final. 
Aproveché para ponerme al día por los mensajes en el móvil de las aventuras de mis compañeros en carrera, Javi Rodriguez, ya había entrado en meta, Plácido unos minutos después, mientras tanto al comedor entraban  Manolo Pérez, Luis de Juan y Javi Raposo, se sentaron a comer  y  nosotros  nos disponíamos a salir de allí para afrontar  la última parte de la prueba.
                                                                  Cenando en el Cuartel  

Unos veinticinco kilómetros hasta meta, Dani con mi hermano, más atrás Fran y yo, con gorros de lana en la cabeza, la temperatura había bajado y no sudaba nada yo subiendo hacía la Ermita, pero me encontraba fino, fino, filipino, estaba subiendo de lujo, siempre algún año había tenido que prestar los bastones a algún compañero que iba fatigado y después me había constado más trabajo a mi,  pero este año subía con muchas ganas y se lo comentaba a mi compañero. 
Por fin llegamos hasta donde está la Virgencita, y desde allí bajada en zig zag hasta llegar al siguiente punto, el Cementerio de Montejaque Km. 83, cuando llegas a ese punto y  vuelves la vista atrás veras al resto de corredores bajando, es un pasote ver los frontales bajar de izquierda a derecha por la montaña, pero no nos despistemos, nos fuimos carretera abajo hasta llegar a Benaoján Km. 87, allí único punto que necesité asistencia en la carrera, me senté en el quitamiedos, y Dani, me pregunto si me iba a retirar, le dije que sí (estaba bromeando), un poco de réflex en el aquiles y ha seguir.

Realizando el paso astronauta por Benaoján
Cruzamos la Estación de Benaoján y nos adentramos por un camino a la derecha en la montaña, el cual era difícil  avanzar debido al barro existente, primero el perfil hacía arriba, un tramo recto y luego peligrosa bajada, por aquí, por allá, los corredores buscaban el mejor sitio para pisar y no resbalar, mi frontal se estaba quedando con poco haz de luz, pero no era un buen momento para ponerse a cambiar las pilas en ese momento, fueron unos dos o tres kilómetros  muy entretenidos, parecía como si estuviéramos grabando un programa de “Humor Amarillo”, ese que salían personajes que participaban numerosas pruebas y la mayoría de veces se caían en  grandes charcos de agua sucia o se quedaban pegados en el barro.

Llegamos al Km. 92, situado en el Cortijo de la Manía,  cambie las baterias de mi foco, pero poco tiempo le di de utilidad, pues al cabo de unos minutos el día empezó a clarear.

 
Amaneció y a lo lejos Ronda.

Empezamos a recibir llamadas de Pepe “El Bandolero” y de Aurora, animándonos en  los últimos kilómetros, en muy poquito tiempo hemos empezado a subir ya la cuesta del cachondeo y nos situamos justamente enfrente del Tajo, divisamos ya el final de la cuesta, vemos las primeras casas del pueblo, Dani manda formación, y una señora que se nos cruza por la carretera empieza a reirse, a lo que le pregunto con gúasa si ella no conoce dicho movimiento militar carrerista, ja ja y otro ja, y seguimos hasta  encontramos con otros corredores que ya habían terminado y nos indican que ya no nos quedaba nada para llegar, cierto es pues llegamos al puente y nos encontramos con caras muy conocidas y queridas; Sandra que se había retirado en el Cuartel, Pepe “Bando”, su mujer Isa y su hija, nos abrazaron, felicitaron y nos dieron el último empujón.

                                                     En Puente del Tajo y por la Avenida de la Paz
 
En la recta final le explico a mi hermano que en Ronda hay que entrar corriendo, el me dijo que noooool, quizás para dejar a los Pretorianos entrar juntos como equipo y el como corredor de VIMAESBE entrar después, (luego en el autobús de vuelta me dijo que era porque estaba muy cansado y no podía correr), la questión, es que a falta de unos 200 metros los tres Preto arrancamos a correr, en el giro hacía la Alameda, Dani me dijo de esperara a mi hermano y a falta de unos metros Dani y Fran alzaron sus bastones para que entrara Vicente, yo ante la sorpresa…..pues también los levante, ese era el plan que ambos habían pactado previamente querían que los dos hubiéramos entrado por ese arco que formaron, pero a veces los planes no salen como a veces te gustaría.

Luego el Legionario recito aquello del espíritu contado al principio y los cuatro nos fundimos en unos cuantos abrazos en la Alameda, recogimos nuestra camiseta, sudadera de finisher, medalla, una poquitas fotos de rigor y para el hotel, ducha, desayuno y volver a la meta para ver llegar a los últimos entrar.

  
Imitando a  los campeones
Es muy emocionante ver llegar a los últimos corredores antes del cierre de las 24 horas, llegan corriendo, otros andando porque las fuerzas están al límite,  ellos se llevan la mejor ovación y aplausos del público presente, y entre esos marchadores que llegaban al límite del tiempo había un equipo Pretoriano, el único que se presentó para está edición.

 
                                                         José Luis, Sandra, Ángel Vidal, Estrella y Rafa Iza

El compañero Ángel en el centro de la foto de arriba, después de varias intentos de terminar  una prueba de 100 kilómetros este año por fin lo había conseguido, su sueño o el de su hijo se hizo realidad, el poder conseguir la coraza de los Pretorianos de Tomares en un futuro próximo por el hecho de  haber completado una carrera de tres cifras, solo faltaban  tres minutos para las 11:00 cuando ellos llegaron a la meta antes del cierre de control.


Y finalizo dando gracias a mis compañeros con los que pude coincidir en algún momento de la carrera y sobre todo a  Dani y Fran, hermanos pretorianos, grandes amigos y compañeros, ha sido un puntazo hacer la prueba con vosotros y a ti Vicente, por aguantarme durante la prueba, todas mis instrucciones y consejos que tanto te di en la previa y durante la carrera, me has demostrado tu fortaleza, pundonor, aunque habías entrenado menos que Romario cuando jugaba al furbó, te has currao esa medalla que te colgaron al llegar a meta, y ya sabe como dice mi Alba:

“Un Roldán nunca se rinde”

 

Forza e onore.

miércoles, 13 de abril de 2016

MILLAS ROMANAS DE MERIDA


VII-IV-MMXVI

       
En un ratito de nuevo en Emerita Augusta, en una nueva edición de las Millas Romanas, ya estuve por allí en los años 2010 y 2014 (cuando se disputaron mundiales de furbó), cuando era un recorrido llano y sin apenas dificultades.

Este año la batalla sera dura, pues el recorrido lo ha endurecido la organización, para darle más caracter de ultra.

Acudiré con la Tropa Pretoriana como siempre, con un bonito objetivo que cumplir, y sobre  todo acordándome de los compañeros que se quedaron de retén en el cuartel general.


Forza e onore.


.............unos días despúes de la batalla



De vuelta de las Millas Romanas de Mérida, traigo en mi poder el último  botín conseguido, mi tercera columnita, la cual ya está colocada al  lado de sus dos hermanas gemelas, obtenidas en  victorias anteriores en la misma prueba, pero este mi III Miliario, que es como se le denomina a tan preciado trofeo, este ha sido el que más he sudado para poder obtenerlo, pues la dificultad y dureza  del recorrido no es comparable, a la de mi participación en ediciones pasadas.
Unos días antes de tan ansiada batalla recibí un mensaje que decía lo siguiente:

-“Tienes que llevarme a meta,  como hiciste con tu hermano en el Homenaje de la Legión”

Un Pretoriano no falta a su palabra, si promete algo, lo cumple.

Viernes 8 de Abril, falta poco para las dar las 21:00 horas, son instantes que aprovechamos para hacer las últimas fotos de recuerdo, ajustar y revisar el equipo que llevare durante la carrera, y también es el momento para  saludar a los amigos que hace algún tiempo que no veo, todos subimos a un escenario que esta abarrotado de compañeros y amigos para hacernos la foto de equipo.

¿Aguantara el peso de tanta gente?,- se preguntaba el público presente al ver tanto corredor encima del escenario.

La Tropa Pretoriana y sus amigos disfrutaban, saludaban hacía el frente, mientras eran punto de mira  de los objetivos decámaras y móviles que allí se encontraban, nadie quiere perderse ese momento único y sin igual  y perderse realizar tan chula instantánea.
Entre ellos alguien lanza un grito de victoria…

 -"Tomares Vincit" 

Al cual responde con la misma frase la mayoría de los que allí se encontraban.

Nos bajamos, sellamos el pasaporte que controlara todos nuestros pasos, nos colocamos en la salida, últimos abrazos, besos, se que a muchos de ellos quizás no los vuelva a ver hasta que llegue a meta, pues seguramente ellos marcharan  más rápido que mi grupo, última foto antes de la salida con el Arco de Trajano de fondo.
Un cohete enviado al cielo estalla anunciado la inmenente salida, la marabunta de corredores empiezan a moverse y a circular por debajo del Arco, pasamos por un pasillo flaqueado a ambos lados por los Romanos de Mérida, unos con lanzas inclinadas realizando el saludo a los corredores,  otros tocando tambores anunciando el comienzo de la batalla, 

 POM!!  POM!!  POM!!........y otro POM!!

Recorremos las calles de Mérida y atravesamos el puente romano, donde al final hay gente apostada con antorchas encendidas, para hacer todavía el ambiente más mágico.
 
  
Cruzando el Puente Romano

Y ahora toca centrarse en la carrera, tres componentes, Aurora, compañera Pretoriana, haciendo su debut en una carrera de tres cifras, me habría ella enviado aquel mensaje del principio del relato, pero mantengamos el anonimato hasta el final, y la segunda amiga  carrerista es Marmen, perteneciente al Club de Atletismo Astigi de Écija, los tres juntos vamos a formar equipo y intentar completar la prueba.

Nuestro primer punto de destino es CALAMONTE,, de ahí llegaremos hasta ARROYO SAN SERVAN,  donde nos dan una comida compuesta por caldo, zumo, tortilla de patatas, pasta y macedonia, la macedonia se acabo, que lástima, pero el zumo estaba riquísimo, hay compañeros que nos entramos cuando llegamos y antes de partir  llega el último grupo de Pretorianos y amigos formado por Sandra, Estrella, Heike, Rafa, El Niño y Manu que se disponen a comer también.

La temperaturas van bajando, el tramo siguiente nos llevara hasta  TORREMEJIAS,  donde tenemos la grata sorpresa de encontrarnos con Pepe el Bandolero y Isa su mujer, sellamos el pasaporte, y degustamos unos ricos bocatas de tortilla que estaban de mieeeeeeeo, pero no podemos parar mucho, pues el frasquete nos pone tiritones, nos despedimos y marchamos con destino a ALANGE, allí nos encontramos con una dura subida vertical hacía el castillo, es el primer momento de dudas en el grupo de no continuar de algún componente, pero con unas gominolas de cola y algún gel (pa echarle valor),  apretando los bastones y utilizando las manos para agarrarse a las rocas, conseguimos coronar la cima, el descenso no era tarea fácil tampoco, pero con paciencia y sentadillas en las bajadas como si de una chorrarea fuera (tobogán), pudimos llegar a las primeras calles del pueblo.
 
 Allí el tronco Bandolero nos esperaba y sobre las 05:15 nos volvimos a comer de nuevo unos bocadillos para reponernos del desgaste del sube y baja del castillo.

Alange
Antes de partir, nos encontramos con Sandra y Estrella, ambas se retiran en Alange, el sueño, la falta de entreno y también la afonía de una de ellas, les obliga a retirarse, prefieren no arriesgar y reservarse, pues quieren llegar con todas las garantias de victoria a su verdadero objetivo que son los 101 Km. de la Legión en Ronda. Nos despedimos y seguimos en dirección al ZARZAL, por el camino tendremos que afrontar la subida al puerto de la Calderita, y en la bajada empezaremos a ver las primeras luces del día.

Antes de llegar al pueblo recibimos llamadas de teléfono de los compañeros que nos preceden y también de los que partirán en la carrera corta, cuando entramos en el pueblo como siempre, la primera persona que vemos es Pepe, y en su coche Isa y Sandra que estaban durmiendo después de la larga noche,  comemos un poco y nos vamos está vez por un camino llano y sin subidas que nos llevara hasta VILLAGONZALO.
Villagonzalo

Al llegar al  pueblo y entrar a la plaza donde estaba está instalado el avituallamientolos, los voluntarios a la espera de los corredores están un poco aburridillos, levanto los brazos y exclamo:

-¡“Ya estamos aquí!”
Con Sandra en Villagonzalo.
Que alegrón al vernos, parece como si les hubiéramos despertado, y se nos acerca un señor de Villagonzalo para hacerno una pregunta,  y otra pregunta,  y otra pregunta y vuelvoió  a preguntar,(como el villancico de los peces en el río) sobre la carrera, ¿de donde sois? ¿de donde venís? ¿a donde vamos?, como el cuadro de Paul Gauguín (mirarlo en la Wikipedia), nosotros le explicamos todo lo relacionado con la carrera y sin poder resistirme ante tanta pregunta, pensé que estaba molesto por el paso de los corredores, le pregunte si el señor iba a denunciar la carrera o bien iba a realizar una crónica de ella, risas entre todos los presentes, pero al final era todo curiosidad, le quisimos convidar con algún manjar de los que se transportaba en el automóvile,  pero el señor lo agradeció y no quiso, como siempre digo…….nos vamos, ya tenemos media carrera ventilada y ahora ponemos rumbo a SAN PEDRO DE MÉRIDA.

El camino nos llevara  durante un tramo a circular por la ribera del  Río Guadiana, al cruzarlo nos encontramos con un corredor, sentado, con una sudadera roja que conocemos y en su espalda el siguiente texto, “101 Km. en 24 Horas, sufrimiento y dureza”, espera a que venga a recogerlo algún vehiculo de la organización, las rodillas le han jugado una mala pasada y ha decidido abandonar, nos despedimos y nos desea suerte.
Paso del Río Guadiana
Proseguimos aprovechando todo tramo llano y bajada que disponemos para correr, el sol sigue apretando, y por el camino echamos algún cantecito alegorico  recordando la lejanía del pueblo, hasta que llegamos a unos agricultores tres, eran tres, y los tres contestaron a la vez cuando le preguntamos cuanto faltaba para San Pedro:
-          “Tres kilómetros “, repitieron dos veces los tres.
Y yo que soy un poquito quema sangre, se lo volví a preguntar, ja ja y otro ja.
Y seguimos andando y trotando, pensando que lejos nos quedaban esos III kilómetros que nos dijeron aquellos tres señores, hasta que por fín…..

Aleluya!! Aleluya!! Aleluyaaaaaaaaa!!

Nos encontramos con el cartel de entrada al pueblo, sentí la misma sensación que sintió Cristóbal Colón cuando llegó a America. 

Estamos donde dice el cartel
Allí nos encontramos con el grupo de apoyo, más Isidro, Manolo Pérez, José Luis y Carpe, que habían decidido esperarnos para agruparnos en la última parte de la carrera. Aprovecho para asearme en el polideportivo donde estaba instalado el avituallamiento, cambiarme algunas prendas, comer algo al sol, y salir trotando con Carpe en busca del resto del grupo que había partido un ratito antes, la zona que vamos a recorrer se adentra en el  Parque Natural de Cornalvo.

Alternamos la carrera con tramos andando adelantando corredores, y alcanzamos a nuestros compañeros cuando  estamos llegando al Embalse de Cornalvo, en está parte es donde nos encontraremos  con subidas fuertes en la carrera.

 Antes de subir al punto más alto de la prueba, nos aparece como por arte de magia una caravana con sillas y una  mesa llena de isotónico, agua y algo de fruta, rellenamos, y proseguimos, nos queda el último esfuerzo para llegar al punto más alto de la carrera.

  
Parque Natural de Cornalvo
Lo coronamos y a realizar el descenso, ahora voy más despierto, pues hacía unos kilómetros atrás me iba quedando sopita, pero me retengo y echo el freno ya que estoy bajando demasiado deprisa, noto que algunos compañeros van un poco cansados, y intento subir un poquito el animo del grupo, con algún chistecito y alguna historia inventada, pero el largo camino hasta MIRANDILLA va causando estragos, y entramos en un momento critico, pues Marmen, va muy cansada y está decidida a abandonar la prueba, llama a su marido para que venga a recogerla, gracias a Carpe que realiza una gran labor de terapia de resistencia y superación, consigue que se lo piense y que llegue hasta el pueblo……y ya veremos después.

Allí gracias al  equipo de apoyo y un señor vestido con ropa de camuflaje, un tricornio y un megáfono, hacen el resto para converla y Marmen continua…..digo si continua.
Mirandilla
 Último tramo que nos llevara hasta Mérida, debemos de llegar antes de las 21:00,  los cuerpos no están para correr  y andamos todo el camino, a una media a 15´ el kilómetro, pero nos sobrará tiempo, seguro, y allí estarán  nuestros compañeros, los que llegaron al medio día y también los que lo hicieron por la tarde para celebrar nuestra gesta.
Al entrar la ciudad, dos chicos de entre tres y cinco años, están jugando, lanzándose piedras, todos al unísono les regañábamos, y el más pequeño al ver las plumas del casco de José Luis exclama muy sorprendido:
 -“Un indio, un indio”
Mérida
Nos reímos y seguimos, atravesamos el Acueducto de San Lázaro, subimos la Rambla Martir Santa Eulalia, al empezar la calle José Ramón Mélida, nos encontramos con David, el marido de Marmen y sus niños, su hija ya no le soltara la mano hasta llegar a meta, no hay prisa, no se trota, no se corre, vamos andando tenemos que disfrutar de los últimos metros, un poco más arriba Estrella y Abencio,  con ellos el grupo de apoyo, Sandra, Isa y Pepe, una mirada cómplice con el, indica que el trabajo está hecho, se ha conseguido, misión  cumplida, al llegar a la Plaza Margarita Xirgu, un montón de amigos con casacas negras con un escudo en el pecho que dice: Club de Ultrafondo Pretorianos de Tomares dispuestos a celebrar nuestro triunfo, va subiendo la emoción, abrazos apretaos, besos,  y alguna lágrima que resbala por la mejilla, nos adelantamos  los tres que salimos juntos en el día anterior hacía el arco de meta…..cuando paro a mis compañeras,  hay un trocito de  Himno Pretoriano que quiero dedicarles:

 

- “…..y cuando la carrera era más dura
apretando sus bastones
la Pretoriana Aurora avanzó

Y sin pensar en la distancia
siempre formando equipo
lento, suave y sin miedo
terminando con honor

Y al final la victoria celebramos

No seremos los más rápidos
pero si los más resistentes
somos Pretorianos de Tomares
disfrutamos las carreras entre compañeros.

¡¡A META!!

 

……y cruzamos esos dos metros con la misma energía que teníamos en la salida del día anterior, y al pasar por el Arco, conseguí aquella promesa que me pidió Aurora de llevarla a meta,  volvimos a abrazarnos y a recordar un detalle que ella tuvo conmigo en la prueba del Bandolero del 2015, cuando abandone la prueba por cansancio, gracias Aurora por lo que hicistes aquel día, hoy te lo devuelvo, y también hable emocionadamente con Marmen, diciendole que no podía retirarse en en Mirandilla, que habíamos llegado hasta allí y que había que continuar, que después se arrepentiria si lo dejaba al cabo de las horas y que teníamos que seguir hasta el final.
Justamente detrás de nuestros pasos llegó José Luis, Manolo Pérez y Carpe, nuestros compañeros de la última parte de la carrera, recibimos nuestros miliarios  y un diploma donde se indica el tiempo invertido en realizarla  23h 15´, el tiempo es lo de menos, lo importante era llegar todos juntos y poder celebrar la ansiada VICTORIA.

Terminado los actos protocolarios llame a mis seres queridos, y mi Mama al escuchar mi felicidad por el teléfono,  me decía que no parecia que había hecho una de esas carreras largas que de vez en cuando hago, y es que me comentaba que por el tono de mi voz  no parecía que estuviera cansado...... y no lo estaba, como casi siempre ella tenía razón.


“Si alguien confía en ti, demuéstrale que puedes hacerlo sin temor y sino lo consigues,
por lo menos lo habras intentado con todas tus fuerzas”.



Forza e onore.